miércoles, 21 de julio de 2010

CUENTOS FILOSOFIA ZEN 3

Una enseñanza acelerada


Matajuro Yagyu, hijo de un célebre Maestro del sable, fue renegado por su padre quien creía que el trabajo de su hijo era demasiado mediocre para poder hacer de él un Maestro. Matajuro, que a pesar de todo había decidido convertirse en Maestro de sable, partió hacia el monte Futara para encontrar al célebre Maestro Banzo. Pero Banzo confirmó el juicio de su padre:


- No reúnes las condiciones.


- ¿Cuántos años me costará llegar a ser Maestro si trabajo duro? - insistió el joven.


- El resto de tu vida - respondió Banzo.


- No puedo esperar tanto tiempo. Estoy dispuesto a soportarlo todo para seguir su enseñanza. ¿Cuánto tiempo me llevará si trabajo como servidor suyo en cuerpo y alma?


- ¡Oh, tal vez diez años!


- Pero usted sabe que mi padre se está haciendo viejo, pronto tendré que cuidar de él. ¿Cuántos años hay que contar si trabajo más intensamente?


- ¡Oh, tal vez treinta años!


- ¡Usted se burla de mí. Antes eran diez, ahora treinta. Créame, haré todo lo que haya que hacer para dominar este arte en el menor tiempo posible!


- ¡Bien, en ese caso, se tendrá que quedar usted sesenta años conmigo! Un hombre que quiere obtener resultados tan deprisa no avanzará rápidamente - explicó Banzo.


- Muy bien - declaró Matajuro, comprendiendo por fin que le reprochaba su impaciencia - acepto ser su servidor.


El Maestro le pidió a Matajuro que no hablara más de esgrima, ni que tocara un sable, sino que lo sirviera, le preparara la comida, le arreglara su habitación, que se ocupara del jardín, y todo esto sin decir una palabra sobre el sable. Ni siquiera estaba autorizado a observar el entrenamiento de los demás alumnos.


Pasaron tres años. Matajuro trabajaba aún. A menudo pensaba en su triste suerte, él, que aún no había tenido la posibilidad de estudiar el arte al que había decidido consagrar su vida.


Sin embargo, un día, cuando hacía las faenas de la casa, rumiando sus tristes pensamientos, Banzo se deslizó detrás de él en silencio y le dio un terrible bastonazo con el sable de madera (boken). Al día siguiente, cuando Matajuro preparaba el arroz, el Maestro le atacó de nuevo de una manera completamente inesperada. A partir de ese día, Matajuro tuvo que defenderse, día y noche, contra los ataques por sorpresa de Banzo.


Debía estar en guardia a cada instante, siempre plenamente despierto, para no probar el sable del Maestro. Aprendió tan rápidamente que su concentración, su rapidez y una especie de sexto sentido, le permitieron muy pronto evitar los ataques de Banzo, el Maestro le anunció que ya no tenía nada más que enseñarle.

El ladrón de conocimiento


Yang Lu Chan nació al comienzo del siglo XIX en el seno de una familia de campesinos. Desde joven no tenía más que una pasión: el Shuan-Shu, el arte del puño. Desde su infancia, frecuentó asiduamente las escuelas de artes marciales de su provincia y muy pronto alcanzó el rango de un experto de gran reputación. Pero los estilos que había practicado hasta entonces no le satisfacían. Sabía que desde la destrucción del monasterio de Shaolin, el arte del puño había lentamente degenerado en un método de combate que daba demasiada importancia a la técnica y a la fuerza muscular. A pesar de su búsqueda por todos los rincones de su provincia, Ho Pei, no conseguía encontrar un Maestro susceptible de enseñarle un arte más profundo que le condujera a la Vía de la armonía.


Su desesperación llegó a su término cuando oyó hablar del Tai Chi Chuan, arte que empezaba a ser popular en otra provincia, Honan.


Abandonando a sus padres y amigos, Yang emprendió un viaje a pie de más de 800 km. para dirigirse a la patria del arte que deseaba estudiar. Aprovechando un momento de oportunidad entró en los círculos cerrados de practicantes de Taichi. En el curso de sus conversaciones con ellos, un nombre volvía continuamente a su mente: el del Maestro Chen Chang Hsiang. Este hombre pasaba por tener el "Kung Fu" más perfecto de su época. Desgraciadamente enseñaba exclusivamente a los miembros de su familia, en el más estricto secreto.


Yang pensaba que después de un viaje tan largo tenía que estudiar con el mejor Maestro. Hábilmente consiguió interesar en casa de la familia Chen como criado. De esta manera, cada día se las arreglo para espiar secretamente el entrenamiento familiar bajo la guía del patriarca. Cuidadosamente disimulado, observaba atentamente los movimientos, bebía las palabras y los consejos del Maestro. Después, durante la noche, cuando todo el mundo dormía, se ejercitaba en hacer lo que había visto durante el día y pulía incansablemente los encadenamientos de movimientos que había aprendido los días precedentes.


Su espionaje continuó durante varios meses sin despertar sospecha... hasta que un día fue descubierto. Inmediatamente fue conducido delante del Maestro Chen. Se esperaba lo peor. En efecto, el anciano parecía muy enfadado. El tono de su voz dejaba ver una cierta irritación.


- Y bien, joven, parece que has abusado de nuestra confianza. Usted se ha introducido aquí con el único objetivo de espiar nuestra enseñanza, ¿no es verdad?.


- Efectivamente - confesó Yang.


- No se aún lo que vamos a hacer con Vd. Mientras tanto siento curiosidad por ver que es lo que ha aprendido en tales condiciones. ¿Puede usted hacerme una demostración?.


Yang ejecutó un encadenamiento con tal concentración y fluidez que el anciano Chen quedó profundamente impresionado al ver un reflejo tan fiel de su Arte. Pero se cuidó bien de manifestar su emoción y durante un largo instante se quedó en silencio. Después declaró:


- Sería estúpido dejarlo marchar con lo poco que conoce. Mancharía la reputación de nuestra familia mostrando nuestro arte de una manera tan incompleta. Mejor será que se quede aquí el tiempo necesario para terminar el aprendizaje.


¡Pero esta vez bajo mi dirección!


Yang permaneció aún varios años en la familia de Chen, integrándose cada vez más profundamente en el Arte Supremo del Tai Chi. Después de haber recibido la bendición de su anciano Maestro, Yang volvió a su provincia natal.


En Pekin, donde decidió instalarse para enseñar su arte, no tardó en ser conocido con el nombre del "insuperable". En efecto, a pesar de otros profesores y campeones jóvenes le desafiaron a menudo, nunca fue vencido. Sus combates contribuyeron a fortalecer la reputación del Tai Chi Chuan, sobre todo porque conseguía neutralizar a sus adversarios sin herirlos jamás.

La apuesta del viejo guerrero


El señor Naoshige declaró un día a Shimomura Shoun, uno de sus más viejos samurais:


- La fuerza y el vigor del joven Katsuchige son admirables para su edad. Cuando lucha con sus compañeros vence incluso a los mayores que él.


- A pesar de que ya no soy joven estoy ddispuesto a apostar que no conseguirá vencerme - Afirmó el anciano Shoun.


Para Naoshige fue un placer organizar el encuentro que tuvo lugar esa misma noche en el patio del castillo, en medio de un gran número de samurais. Estos estaban impacientes por ver lo que le iba a suceder al viejo farsante de Shoun.


Desde el comienzo del encuentro, el joven y poderoso Katsushige se precipitó sobre su frágil adversario agarrándolo firmemente, decidido a hacerlo picadillo. Shoun estuvo a punto de caer varias veces al suelo y de rodar en el polvo. Sin embargo, ante la sorpresa general, cada vez se restableció en el último momento. El joven, exasperado, intentó dejarle caer de nuevo poniendo toda su fuerza en el empeño, pero esta vez, Shoun aprovechó hábilmente su movimiento y fue él quien desequilibró a Katsushige arrojándolo al suelo.


Después de ayudar a su adversario semi-inconsciente a levantarse, se acercó al señor Naoshige y le dijo:


- sentirse orgulloso de su fuerza cuando aún no se domina la fogosidad es como vanagloriarse públicamente de sus defectos.

CUENTOS FILOSOFIA ZEN 2

El Secreto de la Eficacia


Ito Ittosai, incluso después de haberse convertido en un experto y en un profesor famoso en el arte del sable, no estaba satisfecho de su nivel. A pesar de sus esfuerzos, tenía conciencia de que desde hacia algún tiempo no conseguía progresar. En efecto, los sutras cuentan que el Buda se sentó bajo una higuera para meditar con la firme resolución de no moverse hasta que no recibiera la comprensión última de la existencia del Universo. Determinado a morir en ese mismo sitio antes que renunciar, el Buda realizó su voto: despertó la Suprema Verdad.


Ito Ittosai se dirigió pues a un templo con el fin de descubrir el secreto del arte del sable. Durante 7 días y 7 noches estuvo consagrado a la meditación.


Al alba del octavo día, exhausto y desalentado por no haber conseguido saber algo más se resignó a volver a su casa, abandonando toda esperanza de penetrar el famoso secreto.


Después de salir del templo tomó una carretera rodeada de árboles. Cuando apenas había dado unos pasos, sintió de pronto una presencia amenazante detrás de él y sin reflexionar se volvió al mismo tiempo que desenvainaba el sable.


Entonces se dio cuenta que su gesto espontáneo acababa de salvarle la vida. Un bandido yacía a sus pies con un sable en la mano.



Tal armero, tal arma


"El sable es el alma del Samurai", nos dice una de las más antiguas máximas del Bushidô, la Vía del guerrero. Símbolo de virilidad, lealtad y coraje, el sable es el arma favorita del Samurai. Pero el sable, en la tradición japonesa, es algo más que un instrumento terrible, algo más que un símbolo filosófico. Es un arma mágica. Arma que puede ser benéfica o maléfica, según la personalidad del forjador y del propietario.


El sable es la prolongación de los que los manipulan, se impregna misteriosamente de las vibraciones que emanan de sus seres.


Los antiguos japoneses, inspirados por la antigua religión Shinto, conciben la fabricación del sable como un trabajo de alquimia en el que la armonía interior del forjador es más importante que sus capacidades técnicas. Antes de forjar una hoja, el maestro armero pasaba varios días meditando y después se purificaba practicando abluciones de agua fría. Una vez vestido con hábitos blancos ponía manos a la obra, en las mejores condiciones interiores para crear un arma de calidad.


Masamune y Murasama eran dos hábiles armeros que vivieron al comienzo del siglo XIV. Los dos fabricaban unos sables de gran calidad. Murasama, de carácter violento, era un personaje taciturno e inquieto. Tenía la siniestra reputación de fabricar hojas temibles que empujaban a sus propietarios a entablar combates sangrientos o que, a veces, herían a los que las manipulaban. Sus armas sedientas de sangre rápidamente tomaron famas de maléficas. Por el contrario, Masamune era un forjador de una gran serenidad que practicaba el ritual de la purificación para forjar sus hojas. Aún hoy día son consideradas como las mejores del país.


Un hombre que quería averiguar la diferencia de calidad que existía entre ambas formas de fabricación, introdujo un sable de Murasama en la corriente del agua. Cada hoja que derivaba en la corriente y que tocaba la hoja fue cortada en dos. A continuación introdujo un sable fabricado por Masamune. Las hojas evitaban el sable. Ninguna de ellas fue cortada se deslizaban intactas bordeando el filo como si éstas no quisiera hacerles daño.


El hombre dio entonces su veredicto: - La Murasama es terrible, la Masamune es humana.



No era idiota


Yagyu Tajima no Kami tenía un mono como mascota. Éste asistía a menudo a los entrenamientos de los discípulos. Siendo por naturaleza extremadamente imitador, este mono aprendió la manera de coger un sable y de utilizarlo. Se había convertido en un experto, en su género.


Un día, un Ronin (Guerrero errante) expresó su deseo amistoso de confrontar su habilidad en el manejo de la lanza con Tajima. El Maestro le sugirió que combatiera primero con el mono. El visitante se sintió amargamente humillado. Pero el encuentro tuvo lugar.


Armado con su lanza, el Ronin atacó rápidamente al mono que manejaba un shinai (sable de bambú). El animal evitó ágilmente los golpes de la lanza. Pasando al contraataque, el mono consiguió acercarse a su adversario y golpearlo. El Ronin retrocedió y puso su arma en una guardia defensiva. Aprovechando la ocasión, el mono saltó sobre el mango de la lanza y desarmó al hombre. Cuando el Ronin volvió avergonzado a ver a Tajima éste le hizo la siguiente observación:


- Desde el principio sabía que usted no era capaz de vencer al mono.


El Ronin dejó de visitar al Maestro desde ese día. Habían pasado varios meses cuando apareció de nuevo. Volvió a expresar su deseo de combatir con el mono. El Maestro, adivinando que el Ronin se había entrenado intensamente, presintió que el mono se negaría a combatir. Por lo tanto no aceptó la petición de su visitante.


Pero éste insistió y el Maestro acabó por ceder.


En el mismo instante en el que el mono se puso frente al hombre, arrojó su sable y emprendió la huida gritando.


Tajima no Kami terminó por concluir:


- ¿No se lo dije? No lo iba a vencer...


Poco tiempo después, gracias a su recomendación, el Ronin entró al servicio de uno de sus amigos.

CUENTOS FILOSOFIA ZEN

CUENTOS ZEN 1


El Increíble Ki


Un Maestro de combate a mano desnuda enseñaba su arte en una ciudad de provincia. Su reputación era tal en la región que nadie podía competir con el. Los demás profesores de artes marciales se encontraban sin discípulos. Un joven experto que había decidido establecerse y enseñar en los alrededores quiso ir un día a provocar a este famoso Maestro con el fin de terminar con su reinado.


El experto se presento en la escuela del Maestro. Un anciano le abrió la puerta y le pregunto que deseaba. El joven anunció sin dudar su intención. El anciano, visiblemente contrariado, le explicó que esa idea era un suicidio ya que la eficacia del Maestro era temible.


El experto, con el fin de impresionar a este viejo medio chocho que dudaba de su fuerza, cogió una plancha de madera que andaba por allí y de un rodillazo la partió en dos. El anciano permaneció imperturbable. El visitante insistió de nuevo en combatir con el Maestro, amenazando con romperlo todo para demostrar su determinación y sus capacidades. El buen hombre le rogó que esperara un momento y desapareció.


Poco tiempo después volvió con un enorme trozo de bambú en la mano. Se lo dio al joven y le dijo:


- El Maestro tiene la costumbre de romper con un puñetazo los bambúes de este grosor. No puedo tomar en serio su petición si usted no es capaz de hacer lo mismo.


El joven presuntuoso se esforzó en hacer con el bambú lo mismo que había hecho con la plancha de madera, pero finalmente renunció, exhausto y con los miembros doloridos. Dijo que ningún hombre podía romper ese bambú con la mano desnuda. El anciano replicó que el Maestro podía hacerlo. Aconsejó al visitante que abandonara su proyecto hasta el momento que fuera capaz de hacer lo mismo. Abrumado, el experto juró volver y superar la prueba.


Durante dos años se entrenó intensivamente rompiendo bambúes. Sus músculos y su cuerpo se endurecían día a día. Sus esfuerzos tuvieron sus frutos y un día se presentó de nuevo en la puerta de la escuela, seguro de sí. Fue recibido por el mismo anciano. Exigió que le trajeran uno de esos famosos bambúes de la prueba y no tardo en calarlo entre dos piedras. Se concentró durante algunos segundos, levanto la mano y lanzando un terrible grito rompió el bambú. Con una gran sonrisa de satisfacción en los labios se volvió hacía el frágil anciano. Este le declaró un poco molesto:


- Decididamente soy imperdonable. Creo que he olvidado precisar un detalle: el Maestro rompe el bambú... sin tocarlo.


El joven, fuera de sí, contestó que no creía en las promesas de este Maestro cuya simple existencia no había podido verificar.


En ese momento, el anciano cogió un bambú y lo ató a una cuerda que colgaba del techo. Después de haber respirado profundamente, sin quitar los ojos de bambú, lanzó un terrible grito que surgió de lo más profundo de su ser, al mismo tiempo que su mano, igual que un sable, hendió el aire y se detuvo a 5 centímetros del bambú... que saltó en pedazos.


Subyugado por el choque que acababa de recibir, el experto se quedó durante varios minutos sin poder decir un palabra, estaba petrificado. Por último pidió humildemente perdón al anciano Maestro por su odioso comportamiento y le rogó que lo aceptara como discípulo.



Sexto sentido


Tajima no kami paseabas por su jardín una hermosa tarde de primavera. Parecía completamente absorto en la contemplación de los cerezos al sol. A algunos pasos detrás de él, un joven servidor le seguía llevando su sable. Una idea atravesó el espíritu del joven:


"A pesar de toda la habilidad de mi Maestro en el manejo del sable, en este momento sería fácil atacarle por detrás, ahora que parece tan fascinado con las flores del cerezo".


En ese preciso instante, Tajima no kami se volvió y comenzó a buscar algo alrededor de sí, como si quisiera descubrir a alguien que se hubiera escondido. Inquieto, se puso a escudriñar todos los rincones del jardín. Al no encontrar a nadie, se retiró a su habitación muy preocupado. El servidor acabó por preguntarle si se encontraba bien y si deseaba algo. Tajima respondió:


- Estoy profundamente turbado por un incidente extraño que no puedo explicarme. Gracias a mi larga práctica de las artes marciales, puedo presentir cualquier pensamiento agresivo contra mí. Justamente cuando estaba en el jardín me ha sucedido esto. Pero aparte de tí no había nadie, ni siquiera un perro. Estoy descontento conmigo mismo, ya que no puedo justificar mi percepción.


El joven servidor, después de saber esto, se acercó al Maestro y le confesó la idea que había tenido, cuando se encontraba detrás de él. Humildemente le pidió perdón.


Tajima no kami se sintió aliviado y satisfecho, y volvió al jardín.




Bokuden y sus tres hijos


Bokuden, gran Maestro de sable, recibió un día la visita de un colega. Con el fin de presentar a sus tres hijos a su amigo, y mostrar el nivel que habían alcanzado siguiendo su enseñanza, Bokuden preparó una pequeña estratagema: colocó un jarro sobre el borde de una puerta deslizante de manera que cayera sobre la cabeza de aquel que entrara en la habitación.


Tranquilamente sentado con su amigo, ambos frente a la puerta, Bokuden llamó a su hijo mayor. Cuando éste se encontró delante de la puerta, se detuvo en seco. Después de haberla entreabierto cogió el vaso antes de entrar. Entró cerró detrás de él, volvió a colocar el jarro sobre el borde de la puerta y saludó a los Maestros.


- Este es mi hijo mayor - dijo Bokuden sonriendo -, ya ha alcanzzado un buen nivel y va camino de convertirse en Maestro.


A continuación llamó a su segundo hijo. Este deslizo la puerta y comenzó a entrar. Esquivando por los pelos el jarro que estuvo a punto de caerle sobre el cráneo, consiguió atraparlo al vuelo.


- Este es mi segundo hijo - explicó al invitado -, aún le queda un largo camino que recorrer.


El tercero entró precipitadamente y el jarro le cayó pesadamente sobre el cuello, pero antes de que tocara el suelo, desenvainó su sable y lo partió en dos.


- Y este - respondió el Maestro - es mi hijo menor. ES la vergüenza de la familia, pero aún es joven.

MEDICINA TRADICIONAL CHINA - INN y IANG - MASAJE

El Yin y el Yang - Masajes



La Filosofía taoísta sostiene que todo en el universo posee dentro de sí dos aspectos opuestos: Inn y Iang, los cuales se oponen y son además complementarios entre sí .
Para mantener el equilibrio, el Inn y Iang intervienen como fuerzas que interactúan entre sí. Los antiguos consideraban el agua como elemento más Inn y el fuego como símbolo del elemento más Iang.

De este modo, podríamos decir que las propiedades del Inn son análogas a las del agua (frialdad, oscuridad, "tendencia a fluir hacia abajo", etc); mientras que las del Iang son análogas a las del fuego (calor, brillo, tendencia hacia arriba, etc). Siguiendo este línea de pensamiento, podemos decir que cualquier cosa o ser que tenga las características de quietud, frialdad, inferioridad, (dirección hacia abajo), interioridad (dirección hacia adentro), oscuridad, astenia, inhibición, lentitud, etc, pertenece al Inn; mientras que toda cosa o ser que posea las características de movimiento, calor, superioridad (dirección hacia arriba), exterioridad, (dirección hacia afuera), brillo, vitalidad, excitación, rapidez, insustancialidad, etc, pertenece al Iang.

La naturaleza de una cosa o un fenómeno, puede ser analizada, según sus aspectos Inn y Iang.
Si analizamos el cuerpo humano desde este punto de vista, podemos decir que:

1- la superficie corporal y las cuatro extremidades, por hallarse en el exterior del cuerpo, pertenecen al Iang, mientras que los órganos, por hallarse en el interior, pertenecen al Iin.

2- El dorso del cuerpo, en particular la espalda y la superficie dorsal de los miembros pertenecen al Iang, el tórax, el abdomen y la superficie ventral de los miembros pertenecen al Inn.

3- La parte superior a la cintura es Iang y la parte inferior pertenece al Inn.

4- Los meridianos que corren en la cara interna y ventral de las extremidades son Inn y los que corren por la cara externa y dorsal son Iang.
5- Las vísceras cuya función principal es transportar y dirigir los alimentos y que los chinos denominan órganos talleres, son de naturaleza Iang , mientras que los órganos macizos cuya función es almacenar la esencia y la energía vital, denominados órganos tesoro,  son de naturaleza Inn.

El Inn y Iang se relacionan entre sí de acuerdo a los principios de oposición, interdependencia, crecimiento, decrecimiento e intertransformacion del Inn y Iang . Estos principios son usados en la medicina tradicional china para explicar la filosofía y patología del cuerpo humano y sirven de guía para el diagnostico y tratamiento en el trabajo clínico.

Interdependencia entre Inn y Iang implica que ninguna de las dos fuerzas puede existir aisladamente. Por ejemplo, sin día no habría noche, y sin luz oscuridad. La existencia del uno depende de la del otro (interdependencia), y al mismo tiempo se opone el uno al otro (oposición), en otras palabras Inn y Iang pueden considerarse dos aspectos del mismo ser.

Para comprender los dos tipos de relaciones de oposición y de interpenetración conviene tener presente el símbolo del TaiChi.

Si tiene un rato piense en esto: "Si NO quiere que una cosa se transforme en su opuesto no quiera ir a los extremos". Mire el símbolo del TaiChi, comúnmente llamado símbolo del Inn y Iang. Se dice que son como dos peces que están haciendo el amor. El pez claro representa al Yang y el oscuro al Yin.... cuando el pez claro llega a su máximo es cuando comienza a nacer el pez oscuro... Asimismo vea que el pez claro tiene el "ojo" oscuro, esto significa que no hay nada en el cosmos que sea totalmente Iang ni nada totalmente Inn.

Lo mejor suele ser en este mundo. Descubrir lo que está entre los extremos.

Mitad y mitad es una formula mágica, te dará mil y mil satisfacciones.

En la mitad de la vida es cuando el hombre está con más fuerza y mejor se siente.

Entre el cielo y la tierra es donde existe la vida.

Si tienes posibilidad de tener una casa, trata de tenerla entre la ciudad y el campo.

Tu tienes granja trata de ubicarla entre montes y riberas.

Tu mismo sé una mitad sabio y el otro hidalgo.

Vive a mitad de camino entre el esfuerzo y el reposo. No te aísles, pero no des mucha confianza.

Procura que en tu casa haya de todo, pero sin nada que haga ostentación ni que genere la envidia.

La flor abierta a medias es la más hermosa y es a media vela que las naves navegan bien, a media rienda es el mejor trote del caballo.

Quien pasa la mitad añade angustias a su vida, quien la mitad no tiene, siente celos.

Si toda nuestra vida es agridulce tomarlo todo a medias es lo justo

"De la Filosofía China Acerca De La Vida"


DAR MASAJE

1- Tomar contacto con el paciente, colocamos una mano en el sacro y la otra a la altura del corazón

2- Palpar vertebras con los pulgares. Uno de los pulgares sirve de punto de referencia mientras que el otro se desliza sobre las apófisis espinosas de cada una de las vertebras en sentido cefalo-podal (de arriba hacia abajo).

3- Palpar la columna con la palma. Una palma en la nuca, como punto de referencia y de contacto, mientras que la otra se desliza varias veces sobre la columna palpando y sintiendo el relieve de la columna vertebral.

4- Deslizar y palpar con las palmas en cuatro zonas especificas de la espalda:

a) sobre los hombros

b) debajo del omoplato

c) en la zona media

d) en la zona sacra

5- Aplicar dígito presión a lo largo del meridiano de la vejiga, en sus dos ramas, interna y externa, éste meridiano corre en su línea interna sobre los paravertebrales y el externo a tres distancias (cuatro dedos) de la línea media.

Este trabajo es de suma importancia, no solamente porque relaja profundamente la musculatura paravertebral, sino porque también va estimulando los órganos internos con quienes se relacionan los puntos presionados. Estos puntos tienen una importancia fundamental en la Medicina Tradicional China para lograr el equilibrio interno, ya que llevan energía Yang a los órganos.

Son los llamados puntos Shu de la espalda. Cada recorrido debe ser hecho de 3 a 5 veces, y cada punto presionado por tres segundos. Inhalar y presionar al exhalar.

6- Golpe de hacha con eminencia hipotenar (con el dorso del meñique) sobre los hombros

7- Olas, deslizando con el dorso de la mano, por los laterales en sentido cadera-hombro (como estirando masa)

8- Amasado hacia los hombros y costales
9- Puño vacio en trapecio, hombro y laterales (mano cerrada en forma vertical)

10- Deslizar con eminencia tenar hacia arriba y hacia afuera

11- Relajar columna vertebral. Movimientos hacia arriba y hacia abajo. Luego elongar longitudinalmente, en forma cruzada y en sentido lateral separando los hombros de la cresta ilíaca.

12- Deslizar palmas desde la columna hacia afuera 

13- Amasando de ambos lados al mismo tiempo

14- Garras de águila en omoplato, cervicales y cuello.

15- Dígito presión en la nuca. En cada punto hacer círculos y tirabuzón hacia abajo

16- Golpe de hacha, alternado con dedos flojos en hombros y paravertebrales, ida y vuelta

17- Golpe de hacha alternado con dedos cerrados, en hombros y paravertebrales, ida y vuelta

18- Golpe con eminencia tenar de manos juntas, dedos abiertos, en paravertebrales y hombros, ida y vuelta

19- Golpe con los puños en hombros y paravertebrales tres veces, una vez con cada mano.

20- Palma en columna y golpe con la otra mano cerrada sobre esta de arriba hacia abajo

21- Manos juntas: golpear sobre hombros y paravertebrales con el dorso

lunes, 17 de mayo de 2010

ENERGIA UNIVERSAL

Somos seres energéticos y recibimos la energía universal a través del chakra de la corona desde donde se distribuye hacia distintos canales que los indúes llaman nadis y que recorren el cuerpo, existen más de 72000 nadis en nuestro cuerpo.
Cuando sufrimos desajustes en el flujo de energía, nuestro cuerpo se enferma. Estos desajustes provocan un bloqueo en los citados nadis, la energía se estanca, se encharca, como cuando se pliega una manguera y el flujo de agua se detiene, allí entonces se produce la enfermedad. 
Los seres vivos poseen diferentes centros energéticos, llamados chakras, que interactúan entre ellos, permitiendo el libre paso de la energía, restaurando así la salud.
La aplicación del tratamiento con reiki permite que esa energía bloqueada, estancada, comience rápidamente a drenar llegando de este modo a equilibrar todos los chakras, armonizando además del cuerpo físico, el cuerpo mental y el emocional. 

El terapeuta canaliza la energía Reiki (Energía Universal) y la transmite al recipiente (paciente), utilizando para ello la imposición de manos, "limpiando" la zona y permitiendo el libre tránsito energético; pongamos por ejemplo que tenemos una botella sucia y que para limpiarla la colocamos debajo de un chorro de agua, al principio irá removiendo esa suciedad y el agua que sale será sucia, turbia, con el correr del tiempo el agua se irá aclarando y llegará un momento en que salga totalmente limpia.
El tratamiento Reiki, actúa en forma similar al chorro de agua, drenado la suciedad, enfermedad, mediante la transmisión de energía universal. Tengamos en cuenta que el terapeuta no transmite su propia energía sino que sirve de canal. La energía universal ingresa por el chakra de la corona y se transmite inteligentemente a través de las manos hacia los lugares donde existan los bloqueos energéticos.

martes, 11 de mayo de 2010

TECNICA SANACION COLUMNA VERTEBRAL

Esta es una técnica de sanación para la columna vertebral, que me pasó mi amigo y maestro Joguga, de Puerto Real, España y la comparto con Uds.

TECNICA DE SANACION COLUMNA VERTEBRAL

Os quisiera hacer partícipes de una técnica de sanación, que tal vez alguien conozca, pero de todos modos a mí me la explicaron hace tiempo y ahora lo estoy llevando a la práctica con Reiki, dándome buenos resultados.


Con esta técnica vamos a descubrir a través de la columna vertebral si la misma tiene algún daños o algún desvió en alguna zona.


La técnica es muy sencilla de realizar y puedes tardar en un primer análisis, escáner o como quieras llamarlo unos segundos o minutos, para luego llevar a cabo la terapia de sanación que podrás hacerlo de varias maneras, de las cuales explicaré alguna de ellas, como si tú quieres llevar la tuya propia como lo haces habitualmente, lo puedes hacer también, lo importante en esto es ayudar a la persona.


La técnica es la siguiente:
 1.- Entras unos minutos en meditación, haz tres respiraciones lentas y profundas, para más efectividad puedes entrar en canal de Reiki como te han enseñado.


2.- La persona paciente permanecerá de pie en un lugar donde tú como Reikista te puedas poner por detrás de ella y tengas el espacio suficiente para llevar a cabo la misma.


3.- Con la mano dominante, elevaremos la misma por encima de la cabeza del paciente a la altura del chakra coronario unos 15 a 20 cm., atrayendo hacia ti la energía del universo, y la traemos con dos dedos.


4.- para seguidamente ir bajando la mano muy suavemente hasta llegar a unos 5 centímetros de la coronilla introduciéndole en el aura la energía del universo que has atraído hacia tu mano como se muestra. Permanece en esta posición unos segundos.


Algunas personas notarán al momento como si algo les impidiera tocar la coronilla, no te sorprendas, estás tocando el aura de la persona.


5.- Seguidamente y muy lentamente ve bajando la mano como muestra los pasos a lo largo de toda la columna, a una distancia de unos 5 centímetros del cuerpo, hasta llegar al sacro, pero ten presente que en todo el trayecto deberás ir fijándote en los movimiento que hace la persona, que quiero decir con ésto, pues a la vez que vas pasando muy lentamente la mano a unos centímetros de la columna, observarás que si la persona empieza a moverse de un lado hacia otro o la ves moverse hacia delante o hacia atrás en algunos lugares precisos por donde estas pasando la mano, al moverse dicha persona te está indicando que en esa zona o punto de la columna vertebral tiene un problema o un pequeño desvío de columna.


Que hemos conseguido con este análisis, escáner o como quieras llamarlo, hemos conseguido saber si la persona tiene problemas en la columna vertebral.


¿Qué podemos hacer para ayudarle a corregir dicho malestar?, dos cosas muy sencillas, la primera puedes darle Reiki directamente en la zona donde la persona empezó a moverse en ese mismo momento en que se encuentra de pie, o puedes hacerle una terapia de sanación sentada o acostada, como mejor quieras hacerlo tú que me lees y una solución un poco mas sencilla que la anterior, es hacerla en el momento en que estas haciendo el análisis, escaneo o como quieras llamarlo, es decir, en el momento en que la persona empieza a moverse, en ese mismo momento paramos la mano a esa altura y en esa posición realizamos movimientos con la mano como si quisiéramos llenar un espacio vacío, es decir hacia delante y hacia atrás como queriendo llenar el espacio vacío que hay en ese lugar.


Una vez que notemos que dicho espacio esta cargado de energía o intuyamos que esta lleno, dejaremos de mover la mano y seguiremos con el análisis de la columna vertebral a fin de poder hallar otro malestar.


Terminado el análisis, puedes si quieres hacerle una terapia de sanación directamente a la persona.


Esta técnica es muy buena para problemas de columna vertebral, porque nos ayudará para saber la localización del mal y poderle practicar Reiki directamente, pero como me dice mi maestro, ahora os lo digo a ustedes, no me creáis porque yo lo diga, comprueba tu los resultados y obtén los muchos resultados que puedas tener.


A esta técnica de cargar una zona determinada con dos dedos, o con un solo dedo, la podemos llamar acupuntura Reiki.

LA SESION DE REIKI


Una sesión de Reiki puede durar aproximadamente entre cuarenta y cinco minutos y una hora.
Generamente se realiza con la persona recostada sobre una camilla, quien se deberá descalzar y tener ropa cómoda. Para la sesión el reikista coloca una música suave y aromatiza el ambiente con sahumerios, lo cual ayudará a que la persona se relaje y pueda disfrutar de la energía Reiki.
Durante la sesión el reikista coloca sus manos sobre zonas especificas del cuerpo de la persona para ir armonizándola.
Si bien se puede dar una sesión completa de Reiki sin tocar el cuerpo del paciente, también puede el reikista apoyar sus manos para que el receptor pueda percibir el fluir de la energía a vece en otra parte del cuerpo distinta de donde tenemos las manos.
En Reiki se denomina TRATAMIENTO a cuatro sesiones consecutivas e ininterrumpidas, que sirve como tratamiento de shock para sacar al paciente del estado de desarmonía. Luego de este tratamiento de cuatro días consecutivos sería conveniente sesiones individuales una vez por semana como mínimo.